Iluminados por el carisma Mercedario que nos identifica, brindamos a nuestros alumnos una educación arraigada en valores, redentora y liberadora, que acompaña los desafíos de los tiempos. 

Conscientes de la importancia de nuestra hermosa tarea, acompañamos su desarrollo integral, fomentando la conciencia del cuidado propio, del prójimo, del entorno cercano y del mundo en su conjunto, como casa de todos.

Promovemos la construcción de relaciones saludables basadas en el respeto, el diálogo y la empatía, como pilares de la interacción humana. Estamos atentos a las distintas realidades e individualidades, brindando un espacio de escucha y contención tanto a los niños y niñas como a sus familias.

Guiamos con compromiso y una mirada individual la trayectoria educativa de cada alumno y alumna, fomentando el máximo desarrollo de sus capacidades y habilidades de aprendizaje, en un ambiente estimulante, proactivo y feliz. 

Alentamos la curiosidad, la creatividad, el razonamiento crítico y la libertad de pensamiento, así como una actitud responsable y de respeto a las normas. Reconociendo además el valor de la voluntad y el esfuerzo como bases para alcanzar metas personales y colectivas.

Disponemos de un espacio amplio, iluminado y rodeado de naturaleza, que ofrece un ambiente escolar ideal para que ese crecimiento sea seguro y saludable. 

Nos proponemos que, en nuestra institución, los estudiantes adquieran y sean capaces de aplicar habilidades y competencias intelectuales, emocionales y sociales necesarias para su presente y futuro.

Aspiramos a contribuir en la formación de personas protagonistas de su aprendizaje y seguras de sí mismas para aprovechar y crear las oportunidades de desarrollo y autorrealización que la vida ofrece.